La Chica de Ayer

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“Anda, mira. Si es la chica de ayer”, piensas. Y es que te la encuentras todos los días a la misma hora, en el mismo asiento de la biblioteca (pero sigue siendo la chica de ayer, desde el segundo día que te la encontraste).  Obviamente no le vas a hablar, porque no la conoces de nada…¿o sí? La verdad es que te has acostumbrado tanto a verla, que te sabes de memoria sus gestos, sus miradas y, casi casi, sus pensamientos. Por tanto, se podría decir que, en realidad, la conoces. Aunque sea un poco…¿no? La cuestión, desde un punto de vista sociológico, es: ¿En qué momento La Chica de Ayer pasa de ser otra chica de biblioteca más, a ser alguien significativo para ti?; es decir, ¿cuál es el punto de inflexión entre lo desconocido y lo conocido a nivel personal?; o en idioma entendible: ¿Cuál es el jodido momento perfecto para hablarle? Lógicamente, no eres la única persona en estas circunstancias. Muy probablemente, cientos de estudiantes de tu ciudad se encuentren en la misma situación y, en general, miles de personas en el mundo. Gente que se encuentra en el metro, en el autobús, en la facultad, en el cine o en los baños de una discoteca (a decir verdad, este último es un mal ejemplo). Encuentros que, a pesar de nuestra crédula visión del destino, son fruto del azar, al 99% de probabilidad. Pero nos esforzamos en creer que “ALGUIEN” o “ALGO” ha sido capaz de manipular la realidad espacio-temporal para que se produzcan. Así, fantaseamos con el ENCUENTRO DEFINITIVO; el día en el que, por fin, ella se acercará y te dirá, con voz tímida: “Tú eres el chico de ayer, ¿verdad?”. Tu corazón se acelera y tus pupilas se dilatan. Te tiemblan las manos y tus pies empiezan a bailar Drum&Bass como una hoja enganchada en el saliente de una ventana, epiléptica por el roce del viento. Susurras: “Tú también eres mi chica de ayer”. Y es entonces cuando el tío que se sienta delante de ti (un estudiante de 6º de Derecho, con más barba que Gandalf y un libro que dice “Derecho Romano: Tomo 1”) te mira con cara de: “¿Tu chica de ayer?, WHAT?”. Y vuelves al mundo real; el de los pies fríos, la cabeza caliente y el corazón roto.

En fin. Qué le vamos a hacer. La vida es un camino de rosas y tú te empeñas en ir descalzo, clavándote todas las espinas. Por lo que, “ponte los botines, lávate la cara, desayuna algo, tira los clínex y coge las llaves. Sal de casa, no seas flojo, levanta la cabeza y mira a la gente a los ojos, siempre”. Quizás mañana vuelvas a encontrarte a La Chica de Ayer y, esta vez, tengas cojones de plantarle cara y decirle: “Perdona, ¿tienes fuego?”.

Horror Vacui - The Electric Company ( Torne, c3os & Donkey Hotel)

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